miércoles, 21 de diciembre de 2016

Estudio del Estatuto de los Trabajadores (I). Prólogo.


Cuando afrontamos el estudio de cualquier disciplina, lo primero que nos trasladan son una serie de conocimientos teóricos que, más adelante, deberemos aplicar en la práctica del día a día.

En el día a día, o mejor dicho, en el transcurso de los años nos vamos dando cuenta de que cada vez sabemos menos, ya que premisas que se creían absolutas no lo son ni muchísimo menos.

Mi propuesta es explicar la teoría desde un punto de vista del día a día de la forma más clara posible para todo tipo de lector y en especial a los estudiantes de Derecho y personas que quieran desempeñar su labor profesional en el área de la asesoría laboral.

A través de diferentes posts voy a intentar trasladar la regulación contendida en nuestro Estatuto de los Trabajadores (En adelante, “ET”) en su primer Título.

El ET se divide en tres Títulos, que se subdividen a su vez en diferentes capítulos. Esto, que a priori, puede sonar muy teórico y que pueda pensarse que quizá no importe demasiado saberlo de carrerilla, luego en la práctica es más útil de lo que parece. Tener una estructura en la cabeza de la regulación estatutaria nos facilitará (i) tener una mayor facilidad a la hora de relacionar artículos y (ii) evitar posibles descuidos que pueden llevar a la incorrecta aplicación de un precepto, como, por ejemplo, que existen Disposiciones transitorias, adicionales y finales que hay que relacionar con el resto de artículos del ET (iremos viendo con ejemplos).

Dicho esto, el esquema es el siguiente:

Título I.- De la relación Individual de trabajo.
Título II.- De los derechos de representación colectiva y de reunión de los trabajadores en la empresa.
Título III.- De la negociación colectiva y de los convenios colectivos.
Disposiciones Adicionales
Disposiciones Transitorias.
Disposiciones Derogatorias.
Disposiciones Finales.


Pues bien, la primera recomendación sería revisar el contenido de cada uno de los capítulos que engloban cada título, así como la redacción de cada una de las Disposiciones para ir formando un esquema mental que podamos utilizar en la práctica, si bien, lo ideal es no dar nada por supuesto y afrontar cada caso con la legislación actualizada por delante.

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